Restauración en Isla de dos antiguos viveros de langosta que se encuentran en desuso para convertirlos en piscinas naturales de agua de mar para los bañistas.
Uno se encuentra ubicado en el campo de San Sebastián, y otro , en punta de El Sable.
Los viveros fueron construidos a mediados del siglo XIX, encontrándose abandonados desde finales de los años 30 del siglo XX. Las obras consisten en la colocación de compuertas para regular el llenado y vaciado del agua de mar, la restauración de los muros perimetrales respetando las rocas naturales, así como la mejora de los accesos para la seguridad mediante colocación de plataformas de madera y el fondo de estos espacios.
Se ha realizado una regulación del fondo mediante una losa de hormigón para conseguir una mayor comodidad en su uso por parte de los bañistas y garantizar su correcta limpieza.